El contacto es la acción terapéutica más importante. Es la primera relación que tiene el niño con la madre y por lo general la única que perdura a través de los años. Al enfermo demencial se le debe estimular este sentido para que mantenga la comunicación con sus seres queridos, cuando pierda el habla. Uno de los métodos es el baile, ya que se practica en ambiente distendido y de diversión.
La música o el sonido que se percibe, aumenta o disminuye la relación interpersonal, sin necesidad de “tocar al otro”. Se puede aplicar desde la primera sesión y conviene comenzar con instrumentos idiófonos: toc-toc, castañuelas, birimbao guimbarda, cajas de música, sonajas, cascabeles, palo de lluvia…
Por el contrario, el baile es un lenguaje comprometido corporalmente, a no ser que la persona tenga predisposición, le agrade, o lo haya practicado en su juventud, debe ser incorporado paulatinamente para que sea aceptado. (Si te interesa profundizar en el tema, deja la sugerencia y te enviaré bibliografías y textos que te lo aclaren)
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